Introducción
Durante los últimos años en los pasillos de la historiografía mapuche se ha conversado a viva voz del Bicentenario del Tapiwe Koyagtun o Parlamento de Tapiwe de 1825, cuya conmemoración está a solo unos meses. Según una parte del pueblo mapuche, este parlamento representa una última carta para abordar temas relacionados con la autonomía, autodeterminación y derechos colectivos, en vistas de este importante parlamento celebrado el 7 de enero de 1825 entre el longko Francisco Mariluan, sus 14 reducciones y Pedro Barnechea Coronel de la Alta Frontera. Creemos necesario precisar algunas claves históricas.
Yumbel, la vieja Frontera y la tradición de parlamentar
Antes de referirnos en particular a Tapiwe 1825, es necesario contextualizar la importancia de Yumbel, tanto como un enclave fronterizo estratégico en la franja norte del rio Biobío, ya que conectaba con las ciudades de Concepción y Chillán, importantes durante el período colonial, tardo-colonial y en los inicios de la república. Estas tres plazas, junto con Santa Bárbara, Laja y Los Ángeles constituían las últimas ciudades, fuertes y enclaves chilenos antes del cruce hacia Wallmapu o país mapuche comprendían lo que la historiografía denominó La Frontera o Frontera Colonial.
A lo largo de la historia mapuche, estos enclaves, primero españoles y posteriormente chilenos, fueron escenario de malones, destrucciones y una serie de refundaciones. También fueron escenario de batallas y parlamentos. Quisiera detenerme en estos últimos, ya que Yumbel cuenta con una nutrida historia de parlamentos, en una primera instancia “hispano-mapuche”. Según el historiador chileno José Manuel Zavala, Yumbel fue sede de un total de siete parlamentos durante el periodo colonial (Siglos XVII-XIX). Su primera aparición se remonta a 1593 en la localidad de Rere, entre otros enclaves, seguido del parlamento de 1605 en Yumbel y Rere, repitiendo escenario 1692. Yumbel cerró su participación en Koyagtun durante el siglo XVII.
En el siglo XVIII, los parlamentos se trasladaron al sur de Yumbel, a los campos de Tapihue, donde se celebraron cuatro parlamentos en los años 1716, 1738, 1746 y 1774. Esta localidad fue la que concentró la mayor cantidad de parlamentos celebrados entre mapuche y españoles.
Yumbel y el siglo XIX
Durante el siglo XIX, el escenario fue distinto, ya que Wallmapu tenía un nuevo vecino al norte, ahora son los chilenos quienes, mediante la misma fórmula, buscaban una salida política para evitar una guerra interminable contra las lanzas mapuche apostadas en la vieja frontera. En un contexto completamente distinto, con un “Chile central” independiente, las últimas defensas españolas se refugiaron en territorio mapuche. Este momento histórico se denominó como “Guerra a Muerte” por la historiografía decimonónica.
Iniciada en 1819, la idea del nuevo gobierno era generar amistad con las parcialidades mapuche y expulsar a los españoles de su territorio, de esta forma concluir con el proceso de Guerra a Muerte, que no era más que la continuidad de la Guerra de Independencia trasladada a la vieja frontera colonial. Ya en 1823, Ramón Freire, representante de la república, convocó a la celebración de un nuevo parlamento en Yumbel, programado para finales de ese año. Sin embargo, fue suspendido por diversos motivos, entre ellos el mal tiempo, lo que, según Eduardo Téllez, significó “un bochorno político”, posponiendo el parlamento trece meses hasta enero de 1825. Lentamente, el pueblo mapuche se comenzó a “integrar en la familia chilena”, mientras que los chilenos por su parte, hacían suya “la ideología de la ocupación”. Agrega Escudero-Aminao.
Tapiwe Koyagtun ayer y hoy
Sumando los dos parlamentos celebrados en el periodo republicano, Yumbel y sus alrededores concentran una vasta tradición de acuerdos políticos que abarca tres siglos. El parlamento de Tapihue de 1825 es uno de los más importantes, ya que marca el motivo de gran expectación debido a la conmemoración de su bicentenario en enero de 2025.
Este parlamento representa, entre otras cosas, una herramienta político-jurídica para establecer un reclamo por autonomía, autodeterminación y derechos colectivos del antiguo país mapuche, y sigue vigente en la actualidad, ya que es un acuerdo que no fue derogado por el Estado chileno. En su momento, también representó “un freno al expansionismo chileno del siglo XIX”, al menos durante cuatro décadas. De cara al Bicentenario de Tapiwe, creemos que es una oportunidad de oro para hablar de derechos colectivos y buscar un bienestar para nuestra gente.
El actual gobierno de Gabriel Boric estableció en 2022 una “Comisión presidencial para la paz y el entendimiento” fijando su horizonte también en Tapiwe 2025. Esperemos que no sea un refrito del “Nuevo Mal-Trato colonial” de la Concertación, con sus repetitivas y desiertas mesas de dialogo. Depositamos nuestra esperanza en el Bicentenario del Tapiwe Koyagtun, esperando que traiga un cambio estructural real y un nuevo amanecer para el Pueblo-Nación Mapuche.