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Rememorando la conmemoración del Parlamento de Tapihue en enero de 2025

Hace 18 años se conmemoró un siglo de la realización del Parlamento de Koz-Koz, corría el verano de 2007. Dicha instancia reflotaba los reclamos presentados por los lonkos williche en la pampa de las cercanías de Panguipulli, un lugar llamado Koz-Koz, rememorando los tiempos en que tenían lugar despojos territoriales y presiones sobre la propiedad de la tierra, a comienzos del siglo XX. En 1825 en cambio, tuvo lugar la conmemoración de los 200 años del Tratado de Tapihue. Allí, se analizó por días los términos tratados por una decena de lonkos relacionados con los mapuche de los llanos y los wenteche, involucrados en las tensiones derivadas de la Independencia de Chile respecto de España. Eran los años que Vicuña Mackenna llamó “La Guerra a Muerte”. Los puntos tratados apuntaban a inaugurar la relación de los liderazgos mapuche con las autoridades de la República chilena. Por aquel entonces, el lonko Francisco Mariluan y el coronel Pedro Barnachea, dialogaron en torno a 33 puntos, tras los cuales Mariluan, investido como “diputado”, pasaba a “unirse a una gran familia chilena”; manteniendo cuotas de autonomía territorial y poder, en una calculada maniobra para evitar la internación de chilenos en los territorios al sur del Biobío, que era ya una cuestión evidente y un tanto desbordada. Se negoció en las proximidades de Yumbel, población fortificada que cumplía por aquel tiempo 240 años de existencia.

En el verano de este año 2025, tuvo lugar una conmemoración relativa a los 200 años del Tratado de Tapihue. Acuerdo que los mapuche reconocen y recuerdan como una instancia relevante en la construcción de una relación con Chile que empezó con tensiones. En ese acto de traer al presente lo acontecido en aquellos años, cuando los últimos defensores del rey se batían en retirada a Chiloé, fueron distintas las acciones llevadas a cabo por las autoridades. Para decirlo de otro modo, creo que hubo mayores confianzas en 1825 que en el 2025. De hecho, para 1825 hubo intercambio de regalos y se acordó también en adelante el canje de prisioneros.

De mi parte, consideré relevante asistir a ambas instancias: tanto al Koz-Koz del 2007 en Panguipulli como al Tapihue de 2025 en el Balneario Municipal de Yumbel. Así como antes asistí al Acuerdo del Ñielol en Temuco en calidad de espectador y me interioricé de los distintos parlamentos, trabajando en Santiago y Temuco, con los especialistas en el área, los profesores Luz María Méndez -pionera en el estudio de los parlamentos- y también en la labor compilatoria llevada adelante por los doctores José Manuel Zavala y Gertrudis Payas, que al presente se desempeñan en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica de Temuco, respectivamente.

V jornada de Historia Mapuche, VI jornada de Historia de Yumbel, de izquierda a derecha, profesor Armando Cartes, Profesor Fernando Ulloa, profesora Luz María Méndez, profesor Felix Briones, presidente de la Sociedad de Historia de Yumbel.

Llegué por medios propios durante la madrugada, de ese caluroso enero, hasta el Balneario Municipal de Yumbel, habiendo expuesto en un congreso también conmemorativo, en diciembre de 2024 en dicha comuna. Encuentro que amablemente convocó a diversos especialistas como Eduardo Téllez, el mismo Zavala y la propia Luz María Méndez, además de los especialistas de Concepción, entre ellos Armando Cartes y Nelson Lobos y de destacados historiadores mapuche como Pablo Mariman. Allí pude conocer en detalle el trabajo de los historiadores locales, loable labor y las agrupaciones mapuche de la zona que oficiaban de ngen ruka.

Ya en enero de 2025, en compañía de algunos miembros de mi familia, tuve la oportunidad de departir con algunos concejales de la comuna que compartieron con nosotros un desayuno, antes de presenciar un juego de palin y las posteriores discusiones y alocuciones de diversos lonkos que concurrieron desde distintos territorios del Wallmapu para traer al presente algunas reclamaciones que han sostenido los liderazgos mapuche que han relevado los parlamentos, labor en la que conviene mencionar la interpretación pionera del fallecido abogado José Lincoqueo Huenuman y el trabajo del antropólogo Carlos Contreras Painemal, quien también ha desarrollado un trabajo con comunidades y con la noción del mapuche Koyagtun, publicando interesantes resultados.

Los lonkos llevaban algunos días ya instalados en el sector, antes de abrir la discusión a las autoridades chilenas, autoridades que debo decir, brillaron en su mayoría por la ausencia. Hay que destacar la participación del alcalde de Yumbel, quien me parece comprendió con mayor claridad la relevancia de la ceremonia, puesto que tuvo palabras relevantes para la instancia, acompañado de su encargado de Cultura, Hellmuth Herlitz.

Aquel día, tuve oportunidad de conversar con la Directora del Archivo Regional de La Araucanía, Carolina Nahuelhual, además de intercambiar pareceres con mi compañero de Doctorado en Estudios Interculturales, Julio Marileo, nombrado el día anterior como Consejero Regional de La Araucanía.

Intervinieron distintos lonkos y autoridades tradicionales, entre quienes puedo recordar a: Lonko Abram Calfuluan de los alrededores de Panguipulli, Juan Painen de Traytrayco, Rosa Neipan Huenteo de Buta Huapi Chilwe (descendiente del lonko José Antonio Huenteo), representante de la agrupación Francisco Mariluan de Pidenco Champulli, chachay Rudecindo Lonco Antileo, Lonko Miguel Leviqueo de Arauco, lonko Ernesto Antilen de Pocoyán (Toltén), el distinguido lonko Efraín Segundo Antriao Marileo koyatu ulmen de Chaurakawin (Osorno), Margarita Aillapan werken del Lago Budi, lamngen Patricia Antillanca Pichante de Viña del Mar y los pikunche, Margarita Marican Cuifil de Pitrufquen, lonko Sergio Catricura de Rapahue (Chol-Chol), Guillermo Reiman Huincul de Millawinkul (Traiguén), peñi Jaime Treollan de Maipú (Santiago), Sebastián Collonao originario de Temulemu aunque lonko en Lo Prado, chachay Juan Huenel de Melipulli (Alerce-Puerto Montt), werken y defensor ambiental José Vera Millaquén, peñi Jaime Velásquez de Queilén (Chiloé), de la Comunidad Ramón Chincolef la lamngen Cristina, peñi Juan Pichinlin Epucura del territorio williche, chachay Antonio Vidal Painen de la renombrada comunidad Pedro Painen del Budi, kiñe lonko moluche de Mulchén, una lamngen lawentuchefe junto a la lonko Patricia de la región de Valparaíso, pu peñi Juan Eduardo Millahual y Francisco Trecan de Queule, descendiente el primero de la lonko Juana Millahual, una Delegación Internacional del Pueblo Quechua del Perú (Organización de Naciones Originarias), Talea Llancaman de la Comisión Wirintukufe, además de la representante del gobierno SEREMI Paloma Zúñiga de Artes y Culturas.

¡Menos mal los anoté!

Participaron exactamente en ese orden y les siguió también el alcalde de Yumbel, un elocuente gobernador de Los Ríos, Luis Cuvertino que también había sido convidado al encuentro, el ya mencionado CORE Julio Marileo Calfuqueo originario del Budi, el exembajador Domingo Namuncura y la lamngen y participante de diversas instancias de relevancia política, Verónica Cifuentes.

 Hubo también dimes y diretes, como antiguamente ocurría en los parlamentos, derivados de las tensiones acerca de la representatividad de tal o cual intervención, puesto que es esperable que los pareceres fueran diversos y que los peñis del Willimapu no se sintieran en condiciones de ser representados por las voces del Pikunmapu o del Ngulumapu. Yo extrañé más voces pehuenches en un tiempo en el que están tan amenazados esos territorios por los proyectos extractivistas y me imaginé que las dificultades de desplazamiento, además de las diferencias propias de las sociedades diversas, pudieron haber impedido una delegación o “embajada” como le llamaban hace doscientos años a las comitivas que representaban tal o cual territorio.

Había comprometido esta intervención o recuento bastante tiempo atrás y me excuso por no haberla hecho llegar antes. Aunque puedo aportar que hoy 28 de abril tuvo lugar una Conmemoración en la Universidad de Santiago, con organización de varias universidades de la cual también se puede decir varias cosas interesantes. Asunto que puede quedar para otras reflexiones.

El día de Tapihue, como dije, creo que pudo haber más seriedad de la parte chilena y también espacios más largos de intervención, como le planteé por ahí a algunos lonkos, pero lo cierto es que después de doscientos años de desencuentro era esperable que hubiera tensiones. De hecho, por ahí alguien encontró que era momento de pedir que las “autoridades” se retiraran y como me tocó estar sentado en el lado de las autoridades, fui de manera no tan amable convidado a retirarme del espacio, cuestión que hice sin reclamar mucho, pero que dados los kilómetros viajados para estar en el espacio, hacen pensar que nos falta mucho por aclarar y contraponer.

La conmemoración de Tapihue, doscientos años después, me parece que tuvo tensiones que son propias de los espacios de negociación política. Lo lamentable, creo, es que se consiguió poco por acercar posiciones. Faltó quebrar lanzas y tocar unas canciones, como ocurrió en 1825. Al menos esa es mi sensación. Y faltaron, por cierto, más autoridades. Así y todo, es un evento que recordaré.

Fernando Ulloa Valenzuela, temuquense, Licenciado y Magíster en Historia, Universidad de Chile
Doctor en Estudios Interculturales, Universidad Católica de Temuco.
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